El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, expuso este lunes su decisión de no dimitir de su cargo pese a las acusaciones que enfrenta su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias.

Tras cumplirse los cinco días que tomó en aislamiento para “reflexionar” en su posible salida del poder, el mandatario se dirigió al país. “He decidido seguir al frente de la Presidencia. Voy a seguir, con más fuerza si cabe. Esto no va del destino de un particular, sino decidir qué tipo de sociedad queremos ser”, aseguró.

“He dado este paso por motivos personales, pero son motivos que todo el mundo puede entender (…) Esta decisión no es un punto y seguido. Es un punto y aparte. Por eso asumo mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad”, expresó Sánchez.

El líder socialista manifestó que continuará su gestión para trabajar por la “regeneración pendiente de la democracia así como la consolidación de derechos y de libertades”, para lo que, a su juicio, el país requiere de una “reflexión colectiva”.

También pidió a la sociedad española “que volvamos a ser ejemplo” para “mostrar al mundo cómo se defiende la democracia”.

Vale recordar que, en esta última semana de incertidumbre para la nación europea, un juez inició diligencias contra su cónyuge tras una denuncia interpuesta por la organización Manos Limpias.

En respuesta a la “consideración” del Presidente de dejar el poder, miles de seguidores se reunieron en las adyacencias del Partido Socialista Obrero de España (Psoe) este sábado con emblemas de “Sánchez, quédate”, lo que reactivó el apoyo de la ciudadanía hacia su mandato.