“Corazón”. Esa sería una palabra adecuada para definir a esta empresaria editorial que a lo largo de toda su carrera le ha puesto el corazón a todo lo que hace. Y el término vale también para el esfuerzo con el que logró cada meta. Como se dice en algunas partes del mundo, “le puso corazón”, a la hora de significar que no fue sin esfuerzo y valentía que haya conseguido posicionarse como una de las comunicadoras sociales más relevantes del mundo cristiano hispanoparlante. Desde su propia web y a través de varias obras editoriales, el nombre de Tatihana Pozo Puccini ya no pasa inadvertido. En esta entrevista, conoceremos más a fondo la historia de una mujer que se reinventó a sí misma y hoy, refleja sus pensamientos y su historia en “Corazón agradecido”, libro que se encuentra presentando actualmente en diversos países de América Latina.

¿Cuándo supiste que ibas a dedicarte a las letras?
Estando involucrada en tantos proyectos, no había contemplado escribir un libro, sin embargo, en el 2018 recibí esa instrucción de parte de Dios. No fue de la noche a la mañana que acepté el reto y la responsabilidad. A veces, como humanos, nos resistimos a dar ese paso, en mi caso lo seguía postergando por falta de tiempo y finalmente en plena pandemia sentí un compromiso más fuerte para cumplir con esa asignación, porque me dije a mí misma “ya tengo el tiempo”.

Eso pensé aunque no fue una realidad porque en plena pandemia mi trabajo no se detuvo. Recibí muchas invitaciones para dar conferencias y retomé proyectos que estaban en espera. Algo que me hizo empezar el proyecto fue el hecho de pensar que había muchas personas muriendo en la pandemia. Así que en un momento determinado estuve reflexionando acerca de si me tocara irme del plano terrenal, cuando llegara a mi encuentro en la eternidad Dios me iba a preguntar por qué no había cumplido con esa tarea que me había encomendado.

¿Cómo fueron aquellos inicios y cuáles fueron los principales escollos que tuviste que sortear para llegar a ser quién eres hoy día?
Mis inicios fueron cuando era muy joven en mi querida Maracaibo, Venezuela. Estuve en radio y televisión tanto tras bastidores de los proyectos de mi hermano mayor y de mi padre y luego fui formando parte de cursos de locución, programas de radio y TV.

¿Qué rol juega la familia en torno a una carrera que, seguramente, quita muchas horas de tu vida?
Mi esposo Carmelo y mi hija Tati son ese motor que me ha impulsado a salir adelante, a perseguir mis sueños, a no rendirme cuando he tenido ganas de tirar la toalla. Para nosotros, como familia, ha sido todo un proceso el iniciar hace algunos años atrás el portal de noticias y la agencia Contexto Media Group. Hemos visto la gracia y el favor de Dios a lo largo de todos estos años. Como familia hemos trabajado en este proyecto y las experiencias han sido gratificantes, así como también me da satisfacción poder ir dejando un legado en mi hija en el área de las comunicaciones. Tengo la ventaja que viajo con mi laptop y el trabajo va conmigo a cualquier parte del mundo, aunque con los cambios de horario a veces tenga que sacrificar las horas de sueño.

Todos estos años te ocupaste de promocionar, difundir y acompañar a decenas de autores cristianos con sus obras literarias. Esta vez te toca estar “del otro lado del mostrador”. ¿Qué sientes tras todo este trajín que significa la promoción de tu libro, los constantes viajes, entrevistas, reuniones y presentaciones?
Desde el día del lanzamiento me he puesto en los zapatos de mis autores, me doy cuenta del compromiso que hay que tener y la disciplina para cumplir con los compromisos, reflejar a Dios en cada entrevista y ser un ente facilitador para que las personas puedan interesarse en darle un vistazo al libro y a la par de todo mantener el balance para seguir atendiendo todas las demás responsabilidades, sin perder la esencia original del proyecto.

No pasó inadvertida la presentación oficial de tu libro, en el hangar de un aeropuerto. ¿A quién se le ocurrió tan peculiar idea?
Esa idea del hangar del aeropuerto fue una instrucción divina de Dios, antes de escribir el libro depositó esa idea en mi y aunque pasó el tiempo, Dios se encargó de recordármelo y hacerlo realidad. Me sentí mimada por Dios cuidando cada detalle de la presentación y enviando a mi familia, amigos y colegas para darle forma a la idea, que llamara la atención a gente que normalmente no se interesa por ver libros cristianos, pero sí les gusta la idea de viajar. La noticia del hangar sigue dando aún tema de conversación y sé que así será el libro, seguirá recorriendo lugares que ni siquiera conozco.

En tus años de comunicadora en el ámbito cristiano y según tu criterio, ¿cuáles son las principales fortalezas y las carencias más preocupantes que hay en el circuito de comunicadores cristianos en América Latina?
Al pasar de los años hemos visto la evolución de los medios de comunicación, muchos se han reinventado, quizás teniendo como referente la televisión comercial, se formularon la pregunta… “¿Por qué los medios cristianos no podemos también hacer algo con excelencia?” La era digital ha permitido el crecimiento y el avance de las comunicaciones. Soy de las personas que piensan que todos somos comunicadores, que tenemos un mensaje que contar y el común denominador entre los comunicadores cristianos es llevar el mensaje de Jesús.

Vayamos a la actualidad, ¿cómo ves el mover espiritual que se está dando en Asbury y otras universidades de los Estados Unidos?
En Joel 2:28 dice: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”. Si creemos en la Palabra de Dios podemos celebrar que estos jóvenes de Asbury y de otras universidades están siendo instrumentos del avivamiento y de la propagación del evangelio. Muchos de ellos, seguramente, han experimentado lo que dice esta porción de la Biblia en Joel. Cuando pensamos en la juventud no imaginamos cómo van a limpiar su camino los jóvenes con tanta abominación que se está viviendo, pero tenemos una promesa para ellos, que si guardan la Palabra de Dios tendrán un camino limpio y de eso están dando testimonio los chicos de estas universidades. Sigamos orando y cubriendo con la sangre de Cristo a los jóvenes de este tiempo.

¿Consideras que el comunicador social cristiano debiera fortalecer los medios que reflejan exclusivamente el andar de la iglesia o inmiscuirse en el mundo secular, mostrando otra manera de hacer periodismo? ¿Cuáles son los pro y los contra de cada decisión?
Ya tenemos periodistas, camarógrafos y productores cristianos entre otros oficios, dentro de grandes cadenas de televisión en los Estados Unidos. Quizás sus voces no suenan como ellos quisieran, pero es un gran paso que estén dentro, creo firmemente que están comenzando a impactar el corazón de muchos de sus colegas tras bastidores. Si podemos, como cristianos, multiplicarnos en los medios de comunicación y en otras áreas de influencia, es un gran logro. Como todo, tiene sus cosas buenas y malas, pero cada caso es muy particular, le veo más ganancia que pérdida.

¿Qué vislumbras para los próximos años –o tal vez, meses- en cuanto a las comunicaciones, el avance de la tecnología, el conocimiento, el tráfico y comercialización de datos, etc.? Está claro que vivimos en una era donde es más valioso tener información que, tal vez, ganar una guerra y ocupar un territorio. Y el rol del comunicador social puede llegar a ser fundamental en esto.
Cuando era niña le escuchaba decir a mi papá que la radio era el medio de comunicación con más alcance en todo el mundo. Honestamente, yo pensaba para mí que la televisión tiene más alcance. Claro, era una niña y no tenía mucho que debatir sobre el tema con él, ya que era todo un experto en el tema de la radio, pero sus razones apuntaban a que todo el mundo tenía un radio, aunque fuera pequeño, pero no todos tenían una televisión.

Hoy me atrevo a decir que nos sorprenderemos con la noticia recorriendo desde un continente al otro por medio de los diferentes dispositivos. Ya hemos visto cómo alguien por grabar un video hasta han salido lesionados o han perdido la vida porque su prioridad estaba en compartir la información, aunque lamentablemente no midieron las consecuencias. El mundo, en general, tiene hambre de ver e informar, de ser parte de la historia. La mayoría quiere reportar desde su propia perspectiva, así que, definitivamente, seguirá en aumento el avance en esa área.

Por otra parte, ¿cómo preparaste tu 2023?
Años atrás planificaba cada día de mi agenda como si todo tuviera que salir métricamente calculado, pero después de la pandemia aprendí a guardar mi agenda y vivir la agenda de Dios. Con esto no te digo que voy a vivir desorganizadamente, pero sí tengo más abierta la agenda para los “de repente” de Dios. Al cerrar el 2022 mi oración más contundente fue “Señor, danos salud, muéstranos qué quieres que sigamos haciendo”. Así que vamos moviéndonos en los planes del Señor, viviendo un día a la vez y agradeciendo su gracia y su favor.

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