El alto representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, continuó su agenda en el Líbano con un encuentro con el jefe parlamentario del grupo terrorista Hezbollah, que allí opera.

El diplomático sostuvo que su reunión con Mohammad Raad fue en un intento por evitar una escalada de la guerra entre Israel y Hamas, luego de haber conversado, más temprano, con el Ministro de Exteriores local. “Si uno viene al Líbano para tratar de influir en que no se desencadene una guerra, pues parece normal que hables con aquellos que lo pueden hacer. (Hezbollah) tiene mucha influencia y es una de las partes en el conflicto”, explicó al respecto.

Sin embargo, dijo que no había realizado ninguna advertencia a la milicia chií libanesa, que a diario lanza ofensivas sobre el Estado judío, sino que se limitó a exponer los peligros de un potencial conflicto en el país mediterráneo.

“Yo, más que advertir en tono amenazador, tengo que llamar a la razón y hacer ver las consecuencias negativas que tendría para todos -y también para el Líbano y los libaneses- que se repitiera una guerra como la de 2006″, agregó aunque reconoció que un acuerdo diplomático para el fin de las hostilidades es un escenario complicado, por lo menos en este momento.

“Está claro, y no es nada nuevo, que mientras no acabe la guerra en Gaza y siga habiendo bombardeos que afectan a la población civil de Gaza, las fuerzas que resisten la ocupación militar israelí de los territorios palestinos no quieran hablar de otra cosa”, concluyó.

Las Fuerzas de Defensa confirmaron este sábado que dieron por finalizado el desmantelamiento de la estructura militar de Hamas en el norte de la Franja de Gaza y ya no se registra una fuerte amenaza en esa zona ya que operan esporádicamente y “sin comandantes”.

Ahora, continuarán con estas tareas en el centro y en el sur del enclave.

“Lo haremos de otra manera (…) esto lleva tiempo. No hay atajos en la lucha contra el terrorismo”, comentó sobre los próximos pasos el portavoz del Ejército, Daniel Hagari.