Cuatro días después de la final del Mundial femenino, Luis Rubiales ha decidido que presentará su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Lo hará en la Asamblea que se celebrará este viernes, tal y como le ha comunicado a su propio equipo en la tarde de hoy.

Finalmente, el dirigente no ha podido resistir a las presiones que exigían su salida tras el beso no consentido que le dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la celebración del título conquistado por la selección. A este hecho se sumó, además, el gesto obsceno que realizó en el palco de autoridades ante la presencia, entre otros, de la reina Letizia y la infanta Sofía.

Desde entonces, ha intentado sobrevivir a su bochornosa conducta de todas las maneras posibles, hasta que ha terminado de asumir que la situación, que cada día y cada hora se hacía más insostenible, no tenía otra salida que no fuera la dimisión. Acorralado desde principios de semana, Rubiales se quedó absolutamente solo este jueves. Al dirigente le costó verlo. Después de las declaraciones de Jenni Hermoso a través de su sindicato, Futpro, que pedía a la Federación “ejemplares”, llegó el comunicado de la FIFA. El máximo organismo del fútbol anunció la apertura de un expediente disciplinario a Rubiales por el beso a Hermoso que podría acarrear, incluso, su inhabilitación.