Las expectativas del Super Bowl LVIII son grandes, por ser en Las Vegas, por tener a los San Francisco 49ers y Kansas City Chiefs como contendientes y por el romance del momento entre la cantante Taylor Swift y Travis Kelce. Es por eso que los precios de las entradas están por los cielos.

Los boletos de este Super Bowl serán los caros desde el Super Bowl LV de 2020 en Tampa Bay que conquistó Tom Brady con los Buccaneers, que se cotizaron en por lo menos 25 mil dólares. En esta ocasión, los precios van desde los 10 mil 752 en “TicketIQ” y 9 mil 815 en “TickPick”, un aumento del 70 por ciento respecto al Super Bowl del año pasado, de acuerdo a “Front Office Sports”.

 Las famosas suites de la casa de los Raiders van desde 200 mil dólares para cuatro personas, hasta el millón 800 mil dólares por una de propietariosUna para 20 personas está en 950 mil dólares, que es más que los 870 mil dólares que recibe Brock Purdy, quarterback de los 49ers, de salario.

Este es el impacto el evento deportivo más esperado en los Estados Unidos, que pudo haber movido más dinero si hubieran avanzado los Detroit Lions, que nunca han disputado el Super Bowl.

Sin embargo, la presencia de los 49ers y la posibilidad de que sean de los más ganadores de la liga con seis trofeos Vince Lombardi junto a New England Patriots y los Pittsburgh Steelers alentaron a los californianos, que hasta el momento han comprado el 37 por ciento de las entradas de “TickPick”, mientras que los texanos han comprado el nueve por ciento.