Está caliente. Su atmósfera es tóxica. Rota en sentido opuesto y está cubierto de volcanes. Y allí será donde nos dirigiremos dentro de poco. Tres misiones a Venus han sido anunciadas recientemente por la NASA y la Agencia Espacial Europea, y revelarán más de lo que jamás hemos averiguado sobre el planeta, al que muchos científicos describen como el gemelo malvado de la Tierra.

Durante estas últimas semanas, la NASA dio luz verde a dos misiones a Venus, la misión VERITAS y la misión DAVINCI+, mientras que la ESA anunció que mandaría allí un orbitador llamado EnVision. Los científicos ya se muestran entusiasmados con las posibilidades y por eso hemos decidido hablar con varios expertos que nos ayuden a entender por qué Venus resulta tan emocionante.

“Todavía estoy empezando a interiorizar lo que esto significa”, nos decía Paul Byrne, científico planetario de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. “Voy a volverme loco cada vez que salga un nuevo paper”. Básicamente, dijo, la razón de nuestro regreso a Venus se reduce a comprender por qué este planeta “es nuestro hermano y no nuestro gemelo”.

“¿Cómo es que tienes un planeta que es casi del mismo tamaño que la Tierra, hecho presumiblemente de la misma materia, con la misma composición, orbitando a la misma estrella y que tiene la misma edad? ¿Cómo tienes dos mundos que son iguales sobre el papel, pero en realidad son tan diferentes?” explicó Byrne. “EnVision, VERITAS y DAVINCI + van a proporcionar una base sólida e increíble sobre cómo abordaremos esta cuestión”.

La misión VERITAS de la NASA consiste en un orbitador que mirará a través de las densas nubes de Venus para comprender cómo es la topografía del planeta, la química de su superficie e incluso analizará de forma más profunda el planeta para comprender sus procesos geológicos. La segunda misión de la agencia, la DAVINCI +, consistirá en una sonda que descenderá a través de la atmósfera de Venus, tomando muestras de su composición química, sus vientos y su presión e incluso tomará imágenes de alta resolución de una región del planeta, una gran mejora teniendo en cuenta que las fotografías de su superficie más recientes fueron tomadas por misiones de la URSS hace casi 40 años. La misión EnVision de la ESA también se trata de un orbitador, que inspeccionará el interior y la atmósfera del planeta, complementando los objetivos de estas dos misiones de la NASA. Todas las misiones se lanzarán entre 2038 y 2031.

“Estuve como atolondrada todo el día después de escuchar el anuncio”, dijo Katie Cooper, científica planetaria de la Universidad de Washington y especializada en evolución tectónica. “Tengo muchas ganas de aprender más sobre las mesetas de Venus, que son unos análogos interesantes pero desafiantes de las grandes mesetas de la Tierra. En la Tierra, mesetas como la meseta tibetana o la meseta del altiplano tienen su origen en la tectónica de placas, pero en Venus puede que ese no sea el caso”.

Cooper añadió que lo que aprendamos “no solo nos dará una idea de Venus, sino también de los períodos tectónicos previos terrestres a nuestra propia placa tectónica”.

Venus está cubierto de unos accidentes terrestres elásticos llamados teselas. Estas teselas forman unas grandes franjas como la Alpha Regio, una meseta en expansión dos veces mayor que España y que la sonda DAVINCI+ va a fotografiar. Hasta la fecha, las teselas han sido una especie de enigma para los científicos, que no han tenido datos que indiquen cómo se formaron o qué edad tienen.

“Actualmente estamos con Venus como estábamos con Marte en los años 80″, dijo Byrne. “Y en los años intermedios, hemos llegado a entender Marte como un mundo mucho más complejo e interesante. Y no tengo ninguna duda de que eso es lo que va a suceder con Venus”.

Y luego están los volcanes. Estas enormes verrugas que vemos en la superficie del planeta podrían estar inactivas o todavía permanecer activas. Es otra faceta que de la que no entendemos gran cosa del planeta, que se encuentra envuelto en nubes y no hemos visto de cerca con un instrumento de la NASA desde la misión Magallanes, que concluyó en 1994. La lava del planeta y su papel en la configuración de la superficie de Venus tampoco la acabamos de comprender y genera serios debates.

“Como vulcanóloga, estoy muy intrigada por los procesos volcánicos que tuvieron lugar (¡y que tal vez todavía ocurran!) en Venus”, dijo Einat Lev, sismóloga y vulcanóloga de la Universidad de Columbia. “¡Cúpulas de lava! ¡Flujos de lava larguísimos! ¡Una superficie cubierta de lava! ¡¿Cómo no vamos a estar emocionados?! “

Lev agregó: “Estoy segura de que las nuevas observaciones de la superficie de Venus que la misión VERITAS recogerá nos enseñarán mucho sobre todos estos procesos únicos y, potencialmente, sobre el vulcanismo en condiciones extremas (es decir, alta presión, alta temperatura, lavas muy fluidas) que hay en la Tierra ahora y que hubo en el pasado”.

Otro enigma por resolver es la densa atmósfera venusiana, un manto de dióxido de carbono y nubes de ácido sulfúrico que hasta ahora han ocultado algunas de las respuestas más interesantes sobre la naturaleza de este planeta. DAVINCI+ tendrá como objetivo explorar esa espesa y misteriosa sopa, midiendo la composición y la estructura de la atmósfera de forma específica: “qué es y dónde está”, en palabras de Hannah Wakeford, astrofísica especializada en atmósferas de exoplanetas de la Universidad de Bristol.

“Te sorprenderías de las cosas que podemos entender a partir de esas dos simples cosas”, dijo Wakeford. “Esto nos dirá cómo toda esta atmósfera se mantiene unida. ¿Afecta a la parte inferior cerca del suelo a lo que medimos en lo alto de las nubes? Si eso ocurre, esto tendrá enormes implicaciones para las mediciones que podamos hacer en las atmósferas de exoplanetas, donde solo vemos la parte superior de la atmósfera. Venus puede decirnos si lo que medimos puede darnos más información sobre las condiciones del suelo y si es similar o diferente a nuestro propio planeta”.

Quizás recuerdes que el año pasado hubo cierto revuelo en torno al aparente descubrimiento de fosfina, una posible firma biológica, en algunas nubes de la atmósfera venusiana. El entusiasmo inicial decayó rápidamente cuando se vio que los resultados no se habían podido obtener de nuevo. Venus no es un gran candidato a albergar vida extraterrestre, a diferencia de otros lugares del sistema solar, como ciertas lunas oceánicas cerca de Saturno y Júpiter. Pero hay algunos científicos que todavía sostienen que la vida microbiana podría existir en las nubes de Venus. Un modelo climático reciente de la NASA sugería que Venus podría haber sido habitable en su historia temprana e incluso que contase con océanos de agua líquida, aunque hoy ya no existen señales de esos océanos. “La pérdida de los océanos puede ser reciente desde el punto de vista geológico, quizás durante los últimos mil millones de años”, dijo David Grinspoon, astrobiólogo del Planetary Science Institute. “Esto significa que nuestro sistema solar “podría” haber tenido dos planetas con océanos superficiales y vida, ubicados uno al lado del otro, durante la mayor parte de la historia del sistema solar”.

Es probable que las tres próximas misiones ayuden a mejorar nuestra comprensión de si pudo haber sido posible la existencia de vida en Venus, pero ninguna de ellas buscará explícitamente pruebas de la existencia de vida.

Hay muchas características confusas en Venus que los científicos están ansiosos por ver e interpretar, y se muestran igualmente intrigados por lo que esas características puedan revelar sobre la evolución de la Tierra hasta convertirse en el oasis que es hoy en día. Lo bueno de que hacerle una prueba de ADN a tu hermano, claro, es que aprendes también sobre ti mismo en el proceso.